Por
Ricardo Olivero Lora
Bandera
Roja
Todo
es expectativa. Este miércoles la comunidad
universitaria del Recinto de Río Piedras, liderada
por los estudiantes, marchará a las 10 de la mañana
desde la Torre del Recinto hasta las oficinas de la
Administración Central de la Universidad de Puerto
Rico (UPR).
Estas
oficinas están localizadas en las facilidades del
Jardín Botánico, el mismo lugar donde el Presidente
de la UPR, Antonio García Padilla, demuestra su
"buen gusto" bebiendo vinos caros y comiendo
carne "angus" a cuesta del dinero del
pueblo. Ya
los profesores de la Asociación Puertorriqueña de
Profesores Universitarios se unieron a la protesta;
también los trabajadores de la Hermandad de Empleados
Exentos No Docentes y el Sindicato de Trabajadores de
la UPR.
La
convocatoria: detener la privatización en la UPR.
Este es un problema que le afecta a toda la comunidad
universitaria. Claro, excepto a los dos o tres
administradores del sistema que se sientan en grandes
y cómodas sillas en sus oficinas y no sufren de los
hongos en el aire, ni del asbesto en las paredes. Por
culpa de la privatización a los trabajadores de la
universidad los desplazan con la subcontratación;
venden las facilidades al peor postor; y el costo de
estudio aumenta cada día más.
Mientras
tanto, lo único que a dicho la rectora Gladys
Escalona es que está indignada por dos o tres
pasquines en las paredes. Raro sentido de indignación
tiene la rectora: le molesta un pasquín pero no se
indigna con que el Teatro, símbolo universitario de
miles de estudiantes durante la historia del Recinto,
esté cerrado desde hace años por la ineptitud
administrativa. Tampoco se indigna con el asbesto en
los edificios que está matando poco a poco a los
estudiantes, profesores y trabajadores. Menos
indignación le causa que la Biblioteca José M. Lázaro
no funcione (ya perdí la cuenta de los años que
lleva cerrada), ni que el Museo se esté cayendo en
cantos por culpa del Tren Urbano.
De
seguro que el semillero de corrupción, mejor conocido
como Plaza Universitaria, tampoco les causa estrés a
la rectora ni al presidente. No les debe molestar los
miles de dólares robados, ni el que por culpa de la
privatización, la UPR no puede decidir qué hacer con
ese elefante blanco porque el control de la placita
está en manos privadas y "colmillúas".
Total, ellos son blancos y se entienden...
Así
que lo único que resta por hacer es tirarse a la
calle. Por eso marcharé este miércoles, y por eso
invito a toda persona, que tenga un sentido de
indignación verdadero, a que marche con nosotros.
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